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Cambio Climático: Cómo Evaluar Medidas de Adaptación
Aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos
Como consecuencia directa del aumento de temperatura superficial en los océanos y la superficie
de la Tierra, la frecuencia de aparición de los fenómenos extremos, tal como los huracanes al igual
que su intensidad, aumentan también significativamente.
Migraciones obligadas provocadas por la sequía y falta de alimentos
Los episodios de sequía global son cada vez más frecuentes, tanto así que en algunas regiones del
planeta se hacen esfuerzos por llevar un seguimiento más estrecho a este tipo de fenómenos, como
el denominado “monitor de sequía de América del Norte”, mediante el cual se pretende alertar a la
población de sus efectos inmediatos. Estos episodios provocan que comunidades enteras dedicadas
a la recolección de vegetales silvestres o con sistemas no muy avanzados de agricultura, tengan que
emigrar hacia donde encuentren condiciones más favorables para su sustento. Ni qué decir acerca
de las comunidades terrestres de animales que también tienen que emigrar.
Episodios de exceso de mortalidad, como consecuencia de temperaturas extremas
A raíz de la variación de la temperatura, en especial de las temperaturas extremas, se presentan
desgraciadamente condiciones que favorecen la mortalidad humana, principalmente de los más
vulnerables: ancianos y niños, por la presencia de episodios de temperaturas muy bajas, o por el
contrario, temperaturas inusualmente elevadas o su persistencia de varios días.
Afectación de los recursos económicos situados en primera línea de costa (puertos,
edificaciones, etcétera)
La infraestructura costera, especialmente la urbana, está muy expuesta a recibir el impacto de los
fenómenos extremos como huracanes y lluvias torrenciales, que provoca daños severos; pero en el
futuro también recibirán el impacto del aumento del nivel del mar, pronosticado como consecuencia
del derretimiento de los glaciares y casquetes polares, así como del aumento de volumen por el
aumento de temperatura del agua. Aunque los daños provocados por huracanes y precipitaciones
se pueden reparar, no sucederá lo mismo con el daño que producirán las inundaciones, por ser éste
permanente.