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Cambio climático
Aumento del nivel del mar
A pesar del interés que existe en todo el mundo por conocer más sobre el cambio climático, aún
existe un alto grado de incertidumbre con relación a este tipo de cambios en escalas regionales o
de mayor detalle, por lo que se plantean amplios rangos de variación como “un aumento de 1 a 3
grados centígrados en la temperatura promedio” o “se espera una disminución de alrededor de un
20% en las precipitaciones diarias en el verano…”, etcétera. En ocasiones, la incertidumbre sobre
la magnitud de estas variaciones llega a situaciones extremas, pues no se tiene un conocimiento
detallado de los fenómenos asociados y, aunque se habla con certeza de un aumento en el nivel del
mar provocado por el derretimiento de los hielos polares, la estimación de este aumento varía entre
unos pocos centímetros hasta más de un metro. La diferencia entre una magnitud y la otra representa
la diferencia de tener que mover a unas pocas personas o millones.
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) proyecta que, entre
1999 y el final del siglo XXI, el nivel del mar subirá entre 18 y 59 centímetros; sin embargo, estudios
más recientes pronostican un mayor incremento del nivel del mar para el presente siglo, comparado
con el intervalo propuesto por el IPCC en 2007.
Ante los posibles efectos del cambio climático, las costas de México se verán afectadas en el mediano
y largo plazos por el aumento del nivel del mar. El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático
(Inecc) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) (2009) estimaron que
en la superficie costera de los estados de Campeche, Nayarit, Quintana Roo, Sinaloa, Tabasco,
Tamaulipas, Veracruz y Yucatán ocurrirá un aumento de un metro en el nivel del mar y, en conjunto,
afectará a poco más de 1% del territorio nacional. Los costos de la adaptación y protección de las
zonas costeras están considerados entre los más altos.
Dificultad en el desagüe pluvial y de los sistemas de alcantarillado
Este problema se provoca por dos fenómenos: por un lado, el aumento en las precipitaciones
en ciertas regiones que genera mayor escurrimiento, principalmente en las zonas pavimentadas
de las ciudades, tornando insuficiente la capacidad de desalojo de esas aguas por el drenaje
pluvial y las vías fluviales tradicionales; por otro lado, el propio escurrimiento del agua que
transita por los arroyos, evita que pueda haber una descarga franca del drenaje pluvial o el