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R
ehabilitación
de
tuberías
de
agua
potable
La clasificación del OFWAT resulta menos exigente que el precedente criterio aportado por
Hirner, toda vez que el índice excelente OFWAT equivale a valores inferiores 0.25 roturas
por Km y año, en el rango medio aportado por Hirner, para quien el valor de excelente
supone una distancia entre roturas para un período de cuatro años de 2.5 km. Los valores
guía precedentes pueden ser utilizados para conocer qué es lo que se espera de un compor-
tamiento aceptable de una tubería.
Capacidad de conducción
La segunda razón que puede conducir a la renovación de la tubería es su insuficiencia en
la capacidad de conducción. Con el paso del tiempo, los sistemas deben satisfacer mayores
demandas bien sea debido al aumento del número de usuarios, debido al aumento de la
dotación, o a la superposición de ambos factores. Por lo tanto una tubería antaño suficiente,
ha quedado obsoleta. Surge de inmediato la pregunta: ¿cuándo se entiende que una tubería
resulta insuficiente? Y nuevamente ante la falta de argumentos en nuestro ámbito, debemos
tomar indicadores de otros países que han desarrollado un nivel muy superior en la renova-
ción de sus infraestructuras. Si nos fijamos, de nuevo, en Alemania (Hirner, 1997a) el criterio
es la presión de suministro en la red de distribución. El abastecimiento debe garantizar en la
toma domiciliaria del usuario, como mínimo, 15 metros de columna de agua como presión
útil, además de 3.5 metros por cada planta hasta un máximo de 5 plantas. Esto significa que
si de acuerdo con plan de ordenación urbana de la ciudad las alturas permitidas en una calle
son cinco o más, la presión mínima exigida en hora punta será de 32.5 metros de columna
de agua. En México, este criterio supondría renovar, de manera automática, muchos miles
de kilómetros de tubería toda vez que las redes están plagadas de cisternas o aljibes, no
sólo porque no se cumplen estos mínimos de presión, sino porque las conducciones son
insuficientes para que el agua llegue a los lugares más alejados. A pesar de tener una re-
comendación de diseño de 15 mca en la toma domiciliaria, es sin ninguna duda un criterio
constantemente violado en nuestro país. Por lo general obliga a la renovación de la tubería
por otra de diámetro mayor, toda vez que una rehabilitación (por ejemplo un revestimiento
que disminuya su rugosidad), aún suponiendo una disminución del coeficiente de rugosi-
dad, acostumbra a ser insuficiente para satisfacer un notable aumento de la demanda.
Calidad del agua
El tercer criterio que puede generar la rehabilitación o reemplazo de tubería de la red de
distribución es el incumplimiento de los criterios de calidad de las aguas entregadas, que
fundamentalmente se manifiestan a través de un aumento de la turbiedad, concentraciones
elevadas de hierro y manganeso generadas por viejas tubería de fierro fundido (fundición
gris) y, por encima de todo ello, por un excesivo incremento bacteriológico. A este respecto
son algunos de los ejemplos que se detallan en el informe relativo a la necesidad de renovar
buena parte de las infraestructuras de los sistemas de distribución de agua en los EEUU (EPA,
1997). Entre otros ejemplos se cita el incidente acontecido en la capital Washington D.C., en
el año 1993. En una determinada zona el agua suministrada no alcanzaba los estándares de
