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R
ehabilitación
de
tuberías
de
agua
potable
este es un problema latente que aún no se ha tomado en consideración, de una manera
constante y ordenada. Cada abastecimiento procede de acuerdo con sus intereses y según
su saber y entender, lo que da lugar a unas diferencias de criterios muy importantes entre
los mismos. Además, el hecho de que en México exista muy poca cultura de intercambio
de información, por lo que a datos representativos se refiere, se traduce en que, salvo los
propios gestores, y que nadie externo a la organización conoce el estado real de las diferentes
redes de distribución, pese a que se trata de infraestructuras vitales para la Sociedad. Pero es
claro que antes o después, en función de toda una serie de factores sociológicos y climáticos,
desde diferentes instancias se tomará conciencia del problema y se delinearán las directrices
ausentes a la fecha.
En nuestro país no se dispone de estadísticas confiable de longitud de tubería en sus re-
des de distribución de agua, estimaciones muy generales pueden mencionar un orden de
magnitud de 174,000 Km y una edad promedio de ellas la ubican en el orden de 40 a 50
años. Ésta es una edad muy cercana al inminente agotamiento de la vida útil de la tubería
y la presencia de incrementos en la frecuencia de fallas y número de fugas en accesorios y
tomas domiciliarias. Sin embargo, debido a la falta de mantenimiento sistemático, es muy
probable que muchas de ellas ya presenten problemas de reducción de capacidad impor-
tante y eventualmente de grave deterioro, incluyendo problemas de corrosión, pérdida de
capacidad estructural, etc. No obstante, no puede afirmarse con seguridad cuál es el estado
real de ellas, ya que cada sistema tiene características tan particulares que para ello son
necesarias que se realicen estudios específicos y se inicie la generación de información para
evaluar en el ámbito local, regional y después en el ámbito nacional, el grado actual que
puede alcanzar este problema de envejecimiento, corrosión, tuberculación y la consecuente
falta de capacidad de conducción o la tasa de falla de tubería mayor a un valor “normal”, sin
duda el bajo rendimiento de los sistemas y el no-cumplimiento de las hipótesis de diseño o
recomendaciones de carga de entrega del agua al usuario son síntomas inequívocos de que
algo está mal y muy probablemente tenga que ver con el tema motivo de este documento.
En consecuencia es necesario realizar estudios genéricos que evalúen el estado actual que guar-
dan las redes para proceder a fijar métodos de diagnóstico del estado de la tubería, definir las
condiciones que aconsejen realizar la rehabilitación y / o renovación de tubería, debido a que
ineludiblemente las decisiones que se adopten se deben apoyar en el historial de incidentes.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) desde hace varios años ha venido establecido nu-
merosas políticas y programas de apoyo a la mejora del rendimiento de sistemas operadores
de agua potable, dentro de ellas basta mencionar los programas de recuperación de cauda-
les, macromedición, sectorización de redes, mejora de eficiencia electromecánica, etc. Hoy
día la Conagua inicia el trabajo de evaluación del estado que guardan las redes, la detección
de necesidades y políticas de ejecución de proyectos de rehabilitación de la infraestructura
y fundamentalmente redes de distribución de agua, como parte de sus planes de apoyo a
organismos operadores de agua potable en el objetivo de mejorar la calidad del servicio,
mejora del rendimiento y fundamentalmente la gestión del recurso.
