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tinuación las tres dimensiones que Melville y
Cirelli (2000) proponen para su análisis.
La primera es la incertidumbre acerca de la dis-
ponibilidad del agua, la cual se presenta cuando
se contempla la disponibilidad del agua desde
la perspectiva de antaño; es decir, cuando se
piensa en la abundancia que existía cincuenta
años atrás. En la tabla 1 se puede apreciar cómo
la disponibilidad del agua ha presentado impor-
tantes reducciones a partir de la segunda mitad
del siglo XX.
La segunda dimensión se refiere al ámbito
cultural en el área de significados, ideolo-
gías y simbologías. Un buen ejemplo es la
creación de grandes presas, pues las co-
munidades aleda
ñas se ven afectadas viéndose
obligadas a desplazarse y modificar sus
modos de vida. De igual manera, Melville y
Cirelli afirman que la presión que ejerce el
incremento demográfico sobre la disponi-
bilidad del agua se ve reflejada en diversos
aspectos como el legislativo, las políticas
públicas y los diferentes esquemas de par-
ticipación ciudadana, entre otros.
Por último, la tercera dimensión se refiere a la
distribución del poder político vinculada con el
reparto equitativo del agua y la resolución de
conflictos. En este contexto se puede afirmar
que la irregular distribución de agua en algunas
regiones de México, los periodos prolongados
de sequía en el norte del país y las inundaciones
en el sur, la creciente contaminación de ríos y
lagos, así como la explotación inmoderada de las
aguas subterráneas, hacen cada vez más com-
pleja la utilización del recurso hídrico y plantean
grandes dificultades en la satisfacción de futuras
demandas. Asimismo, la concentración demo-
gráfica y el alto desarrollo alcanzado en algunas
regiones se traducen en un aumento en la de-
manda de agua y una disminución en la oferta.
A este respecto, conviene destacar los comen-
tarios de Julia Bucknall, del Banco Mundial,
citada por Juan Carlos Miranda (2010) en su
participación en la XXIV Convención Anual de
la Asociación Nacional de Empresas de Agua y
Saneamiento, quien afirma que todos los pro-
blemas relacionados con la seguridad hídrica,
como desabasto, la mala calidad del agua, la so-
breexplotación de acuíferos, las inundaciones e
ineficiencia agrícola, están presentes en México:
Tabla 1. Disponibilidad del agua (Jiménez, Torregrosa y
Aguilar, 2010).
Año
Disponibilidad (m³/hab/año)
1950
17 742
1960
10 991
1970
7 940
1980
6 168
1990
5 298
2000
5 011
2006
4 689
Según datos de la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(Unesco), se considera que un país tiene una
disponibilidad promedio de agua si esta se en-
cuentra entre 5 100 y 10 000 m³ por habitante al
año (Shiklomanov y Rodda, 2003). En el caso de
México, este se encuentra en el intervalo de baja
disponibilidad, de 2.1 a 5 (Semarnat, 2008).
Es importante mencionar que la incertidumbre
también aumenta con las señales que percibimos
de la baja disponibilidad de agua, tales como el
tandeo en la distribución de agua, la baja en los
niveles freáticos, la contaminación de los ríos
donde arrojamos basura y las aguas negras.
