482
A
vances
en
la
hidráulica
de
redes
de
distribución
de
agua
potable
Indicador 4a: Material de tuberías
Según datos de DDF-DGCOH (1997) más de 90% de las tuberías del Distrito Federal es de as-
besto-cemento, siguiéndole el polietileno al norte de la delegación Gustavo Madero, oriente
de Iztapalapa, suroeste de Coyoacán, centro de Xochimilco y sureste de Tlalpan, y pequeñas
porciones de PVC y acero. La situación es similar en muchas ciudades mexicanas.
Aunque el
SACM ha determinado que es mejor utilizar materiales más elásticos como los tubos de po-
lietileno de alta densidad, que se adaptan mejor a las características del terreno de la Ciudad
de México, la cual está situada en una zona sísmica con permanentes asentamientos que por
consecuencia dañan las redes de agua potable, la gran mayoría de las tuberías del Distrito
Federal todavía no han sido cambiadas y están hechas con materiales rígidos como cemento
y fierro, los cuales son más propensos a sufrir fisuras que posteriormente se traducen en
fugas de agua.
Indicador 4b: Material de tomas
De manera similar, existen en la ciudad tomas domiciliarias de materiales rígidos, o vul-
nerables a la corrosión, como fierro galvanizado o cobre, que es recomendable sustituir, de
acuerdo con el programa de sustitución correspondiente.
Indicador 4c: Edad de tuberías
Indicador 4d: Edad de tomas
La experiencia muestra que la sola edad de las tuberías y tomas no es un indicador suficiente
para decidir la necesidad de su sustitución, ya que se han encontrado tuberías y tomas viejas
de ciertos materiales en mejor estado, comparadas con otras nuevas de otras materiales, y en
otras condiciones de operación. Por esta razón, la edad de tuberías y tomas se debe de con-
siderar en conjunto con los demás factores, tales como material y condiciones de instalación
y operación.
Criterio 5: Hundimientos del suelo
Un estudio elaborado por el SACM en 2008 (SACM y PCJ 2008), en que se procesó la inci-
dencia de fugas en 3 años en las zonas con grietas, hundimientos y otros desplazamientos
del terreno, encontró que no existe una relación directa entre éstos y la incidencia de fugas,
pero que “existe la posibilidad de que un futuro, de asentarse los fenómenos de del subsuelo
como son los hundimientos diferenciales y regionales y el desarrollo de grietas, lleguen
a conjugarse con la incidencia de fugas generando una sinergia negativa al sistema”. Por
esta razón, no se recomienda algún indicador cuantitativo, pero si monitorear tales zonas, y
tomar decisiones de sustitución de tuberías y tomas de forma local.
La tabla siguiente muestra un resumen de los indicadores que se proponen.
