El extinto lago de Texcoco y la infiltración artificial
        
        
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          industriales de la empresa Sosa Texcoco entre 1955 y 1995 con pozos de 30 a 60 metros de
        
        
          profundidad y por el drenado que ha efectuado desde antes y desde abajo la sobreexplotación del
        
        
          acuífero regional, cuyas porciones más permeables van de los 100 a los 200 m de profundidad.
        
        
          Las capacidades específicas de los pozos de la presa Mixcoac fueron inicialmente de 3.33 l/s/m y de
        
        
          1.11 l/s/m a los quince años; las de la mayoría de los pozos de la Ciudad de México, así como los de
        
        
          la zona del lago de interés para el presente trabajo (por ejemplo, los pozos de Conagua perforados
        
        
          sobre el camino Peñón-Texcoco y los perforados dentro de la mitad oriente del lago Nabor Carrillo
        
        
          que abastecen parcialmente a Ciudad Netzahualcóyotl) son más elevadas, del orden de 3 a 10 l/s/m
        
        
          de abatimiento.
        
        
          Por otra parte, aunque en la zona, los pozos de bombeo de 200 m de profundidad que sobreexplotan
        
        
          el agua del acuífero principal del valle de México al extraer un volumen anual medio mayor que
        
        
          el de su recarga natural (profundidad que aquí se propone para los pozos de recarga o infiltración),
        
        
          para unos 100 l/s de gasto, requieren ademes de 18 a 20 pulgadas de diámetro, que incluyen 4
        
        
          a 6 pulgadas de perforación para la colocación de un filtro Los pozos de infiltración para una
        
        
          profundidad y gasto equivalentes, en los que no se va a instalar un equipo de bombeo, requieren en
        
        
          rigor únicamente el diámetro de ademe necesario para que fluya verticalmente el agua cayendo por
        
        
          acción de la gravedad y para una eventual limpieza periódica, y recordando los pozos de Mixcoac
        
        
          a los quince años de operación, su diámetro mínimo sería del orden de:
        
        
          
            d Q
          
        
        
          =
        
        
          Ecuación 1
        
        
          Donde
        
        
          
            d
          
        
        
          es el diámetro del ademe en pulgadas y
        
        
          
            Q
          
        
        
          es el gasto de diseño en l/s, aunque conviene
        
        
          adoptar un diámetro mínimo de 8” (con 6” más de diámetro en la perforación, para filtro) por
        
        
          razones constructivas y para facilitar una eventual limpieza por la colmatación progresiva que
        
        
          tendrá lugar. Este diámetro, cuya capacidad debe eventualmente incrementarse durante el análisis
        
        
          de la operación conjunta del sistema de pozos en proyecto para limitar también el cambio de nivel
        
        
          del agua en cada pozo a través del tiempo de operación del sistema, aproximándolo, si no es muy
        
        
          pequeño (tiempos cortos y/o radios grandes), mediante la aproximación de Jacob
        
        
          
            (
          
        
        
          Figueroa 1968),
        
        
          constituida por los primeros términos de la serie de la solución de Theis para acuíferos confinados
        
        
          con penetración total: