Biblioteca académica y recursos hídricos: Formación de investigadores especializados - page 44

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Dentro de las competencias genéricas que la
Rebiun reconoce, queremos resaltar: dirección
y liderazgo, adaptación al cambio, trabajo en
equipo e integración de grupos multidiscipli-
narios, compromiso ético y la motivación por la
formación continua.
En cuanto a las competencias específicas que esta
red identifica, queremos destacar las siguientes:
• Conocimiento del entorno profesional,
que significa conocer la evolución y si-
tuación actual de la bibliotecología.
• Conocimiento del marco legislativo y
normativo; es decir, aplicar la legislación
y normativa que afecte a la gestión de la
información, como puede ser la propiedad
intelectual, protección de datos, etcétera.
• Interacción con los usuarios para cono-
cer sus expectativas y necesidades.
• Planificación, organización y evaluación
del CRAI. En este sentido, se deberá te-
ner la capacidad para implementar pla-
nes estratégicos que permitan organizar
y gestionar los recursos humanos, finan-
cieros y materiales con los que cuenta el
CRAI, así como establecer y medir los
resultados para conseguir la excelencia y
aplicar modelos de evaluación y certifi-
cación, entre otros.
• Gestión de las colecciones, lo que implica
diseñar, organizar, gestionar y evaluar las
diferentes colecciones del CRAI, desde la
selección al descarte; además de trabajar
estrechamente con los docentes a fin de
asegurar que se cubran los programas
académicos de las asignaturas vigentes.
• Preservación y conservación de docu-
mentos en cualquier soporte. Es decir,
el profesional del CRAI deberá conocer
y aplicar técnicas de preservación y
conservación a los diferentes soportes
documentales para garantizar la conser-
vación del acervo.
• Proceso técnico de los diferentes recursos
de información y todo lo que ello conlle-
va, como la identificación, estructuración
y organización de los datos descriptivos de
los recursos de información para su pos-
terior recuperación. Dicho proceso deberá
estar basado en criterios de eficiencia y
eficacia, siguiendo estándares internacio-
nales para el intercambio de información.
• Elaboración y difusión de servicios y
productos documentales. En otras pala-
bras, llevar a cabo la mercadotecnia del
CRAI, lo cual implica diseñar, elaborar y
difundir herramientas para la gestión de
información y productos documentales
específicos para satisfacer las necesida-
des de los usuarios.
• Planificación y gestión de proyectos. Ello
representa planificar y gestionar pro-
yectos multidisciplinarios para ofrecer
servicios y recursos acordes a las necesi-
dades de los usuarios.
Por todo lo hasta aquí comentado, podemos in-
ferir que el proceso de adaptación de ser una
biblioteca académica a ser un CRAI no es un
reto exclusivo para la propia biblioteca, sino
para toda la institución. Es preciso aclarar que
cada institución educativa o de investigación
puede dotarse de un CRAI a la medida de sus
necesidades y posibilidades.
Es decir, no se trata de grandes inversiones sino
simplemente de la toma de decisiones organiza-
tivas encaminadas a la mejora de la calidad de los
servicios bibliotecarios insertos en los programas
académicos. A nuestro parecer, la biblioteca aca-
démica debe ser concebida como el centro de
recursos educativos básicos tanto para estudiantes
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