Manejo de la recarga de acuíferos: un enfoque hacia Latinoamérica - page 559

Las acequias de careo de Sierra Nevada (sur de España), un sistema de recarga ancestral en acuíferos de alta montaña
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demuestra más adelante, no es natural, y se debe al manejo del agua que se realiza mediante
acequias de careo y riego.
Para analizar más detalladamente el comportamiento hidrológico del río Bérchules, desde su
cabecera hasta la estación de aforo, durante el año hidrológico 2014-2015 se ha realizado un
importante esfuerzo de adquisición de datos en campo. La derivación de las aguas de deshielo
para su infiltración mediante las acequias de careo en la cabecera de la cuenca y la que se hace
para regadío, en la parte media y baja de la cuenca, en la época de estiaje, modifican de forma
manifiesta el hidrograma que debería presentar el río en condiciones naturales. Este manejo del
agua provoca que la respuesta del río en la parte baja de la cuenca sea la de un río muy inercial,
como los que discurren en cuencas muy permeables y de baja pendiente. En efecto, el hidrograma
en la estación de aforo resulta prácticamente plano, con una componente subterránea próxima al
100%, no detectándose el pico del deshielo, que se registra de forma evidente en la cabecera del
río. Por su parte, la comparación de las aportaciones medidas en cada sección de control confirma
el carácter ganador del río durante todo su trayecto y ha permitido comprobar que las principales
entradas del sistema se producen por las márgenes occidentales del río Bérchules y de sus afluentes,
donde se realiza el careo y el riego.
Uno de los objetivos parciales de este trabajo consistía en analizar los efectos de la técnica de careo
en el funcionamiento del río. Aunque estos efectos se observan en la investigación a escala de
cuenca, se decidió abordar esta tarea con más detalle, y para ello se realizó un control en continuo
del agua infiltrada en la principal acequia de careo de la cuenca, la acequia de El Espino. Esta labor
de control hidrológico ha demostrado la alta eficiencia de este ancestral sistema de recarga. La
acequia, con 7 km de longitud, ha infiltrado, en un año seco, 2 hm
3
, lo que supone el 38 % de las
aportaciones registradas en la estación de aforo. El control automático del caudal en dos secciones
de la acequia ha permitido determinar que la mayoría del caudal se infiltra a lo largo del recorrido
(1.7 hm
3
), mientras que 0.3 hm
3
han sido infiltrados en la denominada Sima de Bérchules, una zona
puntual de infiltración, desde donde se alimenta a los principales manantiales utilizados para el
abastecimiento a la población. En este sentido, la superposición de los mapas de distribución de las
acequias de careo de toda la cuenca, con los mapas de densidad de manantiales y con la situación
de los tramos de los arroyos y barrancos con vegetación permanente de ribera, pone de manifiesto
el importante papel que desempeñan las acequias de careo en el mantenimiento del peculiar paisaje
serrano, en el que alternan bancales irrigados con la descarga de los manantiales situados a media
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