CONGRESO IMTA 2013
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W. Ojeda y M. Íñiguez
IMPACTO, VULNERABILIDAD Y ADAPTA-
CIÓN DE LA AGRICULTURA DE RIEGO ANTE
EL CAMBIO CLIMÁTICO
Resumen
La comunidad científica mundial reconoce
que el cambio climático es un hecho incon-
trovertible, con impactos directos sobre
los sistemas de producción agrícola pro-
ducidos debido al cambio potencial de los
patrones espacial y temporal, en variables
meteorológicas que inciden en la produc-
tividad agrícola. En consecuencia, es de
gran importancia evaluar los posibles im-
pactos y la vulnerabilidad de la agricultura
de riego ante el cambio climático. Adicio-
nalmente, dependiendo de la magnitud de
los impactos climáticos y de la vulnerabili-
dad de las zonas de riego, existe una alta
posibilidad que la adaptación autónoma
de varias zonas no será suficiente, porque
su velocidad de adaptación se verá sobre-
pasada por la rapidez con la cual se pro-
yectan dichos cambios ambientales. Ante
esta situación, se requiere anticipar los po-
sibles cambios en la productividad agríco-
la y definir acciones de respuesta planifica-
das en regiones de mayor vulnerabilidad y
riesgo. En este trabajo se resume una serie
de estudios realizados en la Coordinación
de Riego y Drenaje del IMTA en los últimos
siete años, para estudiar los impactos po-
tenciales ante el cambio en los patrones
de las variables ambientales temperatura
y precipitación, se evalúa a nivel munici-
pal la vulnerabilidad actual de agricultura
de riego y se analiza la importancia de las
acciones de adaptación para responder
de manera planificada ante los retos que
implica convivir con el inminente cambio
climático.
Introducción
México es un país tradicionalmente agrí-
cola que cuenta con 30 millones de hectá-
reas (ha) potencialmente cultivables para
uso agrícola, que representan 15% de su
superficie total (INEGI, 2009). Anualmen-
te se cultivan, en promedio, cerca de 20
millones de ha que representan 70% de
la superficie agrícola. En el periodo 1980-
2007, la superficie total cosechada pro-
medio fue de 18.6 millones de ha, de las
cuales, 27% corresponden a la modalidad
de riego y 73% a la modalidad de tempo-
ral. La superficie cosechada bajo riego es
menor que la de temporal; sin embargo, la
productividad bajo riego (expresada en $/
ha) es 300% mayor que la de temporal.
La agricultura de riego ha sido un factor im-
portante para el desarrollo del país. Méxi-
co ocupa el sexto lugar mundial en superfi-
cie agrícola con infraestructura para riego,
estimada en 6.5 millones de ha (Conagua,
2010). Se ha documentado que el cambio
