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          La propuesta del método consiste en sembrar sin
        
        
          hacer surcos, como tradicionalmente sucede. Es
        
        
          más acorde con lo que se conoce como “labranza
        
        
          de conservación” o “labranza mínima”. Dado que
        
        
          en el campo mexicano los agricultores continúan
        
        
          haciendo surcos para sus siembras, hay que tener
        
        
          cuidado con el trazo de los mismos y hacer ajustes
        
        
          al método de la Línea Clave, sobre todo en lugares
        
        
          de “alta” precipitación (mayor de 700 mm) y
        
        
          suelos con bajas velocidades de infiltración. Si se
        
        
          hace el trazo fielmente a la Línea Clave y se tienen
        
        
          lluvias con intensidades muy altas, se pueden
        
        
          tener problemas de rotura de surcos. Entonces,
        
        
          es recomendable calcular el volumen que puede
        
        
          captar el surco (longitud, ancho y alto del bordo) y,
        
        
          si la cantidad de lluvia precipitada resulta mayor,
        
        
          debe modificarse el sistema para dar salida al agua
        
        
          hacia los extremos de la parcela, de tal forma que
        
        
          fluya fuera de ésta de manera controlada. Para
        
        
          estos cálculos es necesario conocer la cantidad
        
        
          de lluvia máxima diaria que ocurre en el sitio de
        
        
          trabajo para un periodo de retorno de, al menos,
        
        
          cinco años.
        
        
          Dicho de otra forma, el método considera
        
        
          que se haga la siembra pero sin formar surcos
        
        
          y bordos profundos. De hecho, el autor del
        
        
          método introdujo también un implemento
        
        
          especial para este propósito. El propósito es
        
        
          que el agua se mueva de manera subsuperficial
        
        
          hacia las áreas deseadas (crestas o lomos de la
        
        
          parcela), sin mover demasiado el suelo. Al no
        
        
          haber bordos y surcos, se evita el problema que
        
        
          se menciona párrafos arriba, que bajo lluvias
        
        
          intensas se tengan roturas de surcos y bordos y
        
        
          se formen cárcavas, propiciando así la erosión
        
        
          del suelo.
        
        
          Las fotografías siguientes muestran ejemplos de
        
        
          parcelas laboreadas con el método de la Línea
        
        
          Clave. Los predios mostrados corresponden a
        
        
          cultivos de sorgo y maíz establecido en las regiones
        
        
          sur y oriente del estado de Morelos en distintos
        
        
          años. En el primer bloque de fotografías (fotografías
        
        
          15 a 18) puede verse el proceso del surcado. La
        
        
          fotografía 19 presenta un predio donde ya se ha
        
        
          terminado el trabajo de surcado (siembra de maíz).
        
        
          En la fotografía 20 puede verse cómo queda la
        
        
          humedad del suelo en el terreno surcado con
        
        
          este método, después de unos días de ocurrida la
        
        
          lluvia. Para contrastar la diferencia entre el surcado
        
        
          en Línea Clave y el surcado tradicional en cuanto
        
        
          a retención de agua y suelo, se presentan las
        
        
          fotografías 21 y 22, donde se muestra un panorama
        
        
          de las parcelas después de un evento de lluvia.
        
        
          Las fotografías 23 y 24 presentan imágenes de
        
        
          cultivos  (sorgo y maíz) sembrados con el método
        
        
          de la Línea Clave, en las primeras etapas de su
        
        
          desarrollo. En esta etapa todavía se puede apreciar
        
        
          la dirección de los surcos, que en general son
        
        
          curveados y no en línea recta, como es la tradición
        
        
          en el campo mexicano: cultivar en líneas rectas.
        
        
          Finalmente, se incluye un par de imágenes
        
        
          (fotografías 25 y 26) que muestran un panorama
        
        
          de los cultivos (nuevamente sorgo y maíz) ya
        
        
          en pleno desarrollo. En esta etapa del ciclo del
        
        
          cultivo no es posible identificar la dirección de
        
        
          los surcos, pero puede verse, en cambio, que los
        
        
          cultivos presentan un excelente desarrollo. Debe
        
        
          recordarse que se habla de cultivos de temporal;
        
        
          la captura y retención de agua en el propio suelo
        
        
          definitivamente tienen un impacto positivo en la
        
        
          evolución del cultivo.