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Apreciación social del Cambio Climático.
Una aproximación a la población de la cuenca del río Usumacinta
De hecho, Wallerstein (2008) plantea que se ha podido verificar
que el cambio climático está fuertemente asociado al modelo
de crecimiento mundial actual, basado en el uso de energías no
renovables y combustibles fósiles (como petróleo y sus derivados,
gas y carbón), que implican la emisión de gases de efecto
invernadero. El autor añade que tanto el dióxido de carbono,
proveniente de las chimeneas de fábricas y de los motores de
combustión con los que están dotados la mayoría de los medios de
transporte, como el gas metano, que emana en grandes cantidades
de los rellenos sanitarios y de la actividad ganadera, son elementos
que contribuyen de forma preocupante al cambio climático.
Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático
(IPCC, por sus siglas en inglés), entre los efectos del cambio
climático debido a actividades humanas, están la reducción de la
productividad agrícola en las regiones tropicales y subtropicales,
la disminución de la cantidad y la calidad del agua en la mayoría
de las regiones áridas y semiáridas, el aumento de ciertas
enfermedades como el paludismo, el dengue, la malaria entre
otras, y finalmente, efectos adversos en el funcionamiento de
los ecosistemas y su biodiversidad. Asimismo, el incremento
de temperatura recurrente del cambio climático, resultará en
el aumento del nivel del mar, con la muy probable necesidad
de desplazamiento de habitantes de zonas costeras. Todo ello
traería como consecuencia un incremento de la disparidad
entre las regiones más desarrolladas y las de menor desarrollo,
la intensificación de los niveles de pobreza y el aumento de la
desigualdad social (Sánchez Vargas
et al
., 2012).
El deterioro socioambiental en la región de la cuenca del río
Usumacinta no es ajeno a la intensificación del cambio climático
que vemos en el planeta, ambos se entrelazan y se refuerzan
mutuamente. Determinar cómo estas alteraciones están afectando
