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            La cuenca del río Conchos:
          
        
        
          
            una mirada desde las ciencias ante el cambio climático
          
        
        
          prolongada sequía registrada en el noreste de México que redujo
        
        
          el flujo del río junto con los niveles de las presas y obligó a las
        
        
          poblaciones a confiar cada vez más en los acuíferos de la cuenca,
        
        
          que ya están sobreexplotados. Junto con esta situación, la presión
        
        
          sobre el río Conchos fue aumentando (Romero, 2007).
        
        
          El riego agrícola representa el 90% del consumo de agua en la
        
        
          cuenca. El crecimiento de la población y la industrialización, dos
        
        
          realidades vinculadas a la integración de las economías mexicana
        
        
          y americana y el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América
        
        
          del Norte), han llevado a un aumento de la demanda de agua
        
        
          para la industria y para uso doméstico. La deforestación y la
        
        
          pérdida de suelo en la parte superior de la cuenca representa
        
        
          la modificación de la escorrentía de las cuencas, lo que reduce
        
        
          la cantidad de líquido que tiende a infiltrarse; esta agua, a su
        
        
          vez, arrastra los suelos desprotegidos, erosiona los canales y llena
        
        
          el sedimento la presa. Todo esto afecta a las fuentes de agua y
        
        
          reduce su disponibilidad (Rocha 2005, Gastélum 2010).
        
        
          En el período reciente para las cuencas superior e inferior se
        
        
          observa la alta intensidad de grandes tormentas, alta frecuencia de
        
        
          pequeñas tormentas, predominio de altos pulsos de precipitación,
        
        
          número de días con precipitación máxima, seguida de una
        
        
          duración de hasta un mes y la alteración en la fecha en que
        
        
          aparecen, indicando un período húmedo para la subcuenca. Sin
        
        
          embargo, la disminución sustancial en la precipitación mínima
        
        
          y en el número de tormentas, además del incremento positivo o
        
        
          significativo de la precipitación en todos los meses del año (excepto
        
        
          en los meses de enero y agosto), y la disminución significativa de
        
        
          septiembre y noviembre, implican cambios en los patrones de
        
        
          humedad, haciendo que el clima sea más extremo, y puede ser
        
        
          explicado por los efectos del cambio climático (Romero, 2014;
        
        
          González-Villela y Montero-Martínez, 2017). Por otro lado, para
        
        
          la subcuenca inferior de Conchos, hubo fuertes aumentos en la