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Tecnología y Ciencias del Agua
, vol. VIII, núm. 4, julio-agosto de 2017, pp. 5-18
Buendía-Espinoza
et al
.,
Identificación de cambios en la ciclogénesis del Atlántico Norte mediante un modelo de mezclas Gaussianas
•
ISSN 2007-2422
Introducción
Existe un interés creciente en conocer el im-
pacto del cambio climático en la actividad de
los ciclones tropicales, pues son unos de los
fenómenos climáticos más destructivos entre
los fenómenos naturales que provocan mayores
desastres. A medida que la temperatura global
promedio de la superficie del planeta se incre-
menta, se espera que la intensidad, frecuencia,
trayectorias, ubicación de ocurrencia y llegada a
tierra de estos fenómenos se alteren por el clima
actual. Walsh (2004) menciona que aunque no
hay en este momento cambios perceptibles en
las características de los ciclones tropicales que
razonablemente podrían atribuirse al calenta-
miento global, las predicciones de los modelos
de circulación general muestran incrementos
en su intensidad máxima entre 5 y 10% para
el año 2050. También indica que las regiones
de formación de huracanes probablemente no
cambien, y que ha habido poco consenso respec-
to a la modificación en el número de ciclones o
trayectorias, además de la incertidumbre en las
predicciones climáticas por algunas deficiencias
en los modelos de circulación general; por lo
tanto, si las predicciones de intensidades son co-
rrectas, sus cambios se detectarán en el Atlántico
después de 2050. Con base en los registros de las
mejores trayectorias del Centro de Advertencia
de Tifones de la Marina Estadounidense (Joint
Typhoon Warning Center, JTWC) y el Centro
Nacional de Huracanes (National Hurricane
Center, NHC) de la Agencia Atmosférica y
Oceanográfica Nacional (National Oceanogra-
phic and Atmospheric Administration, NOAA),
Emanuel (2005), Webster, Holland, Curry y
Chang (2005), y más recientemente Elsner,
Kossin y Jagger (2008) demostraron que la
intensidad histórica de las tormentas ha aumen-
tado tanto en el Pacífico Noroccidental (WNP)
como en el Atlántico Norte. Webster
et al
. (2005)
observaron un aumento considerable en los ci-
clones tropicales en todas las cuencas oceánicas
durante los últimos 30 años para las categorías
más fuertes (4 y 5 de acuerdo con la escala de
Saffir-Simpson); en particular, en las regiones
ciclogénicas del Pacífico Noroccidental y del
Atlántico Norte; 25 y 20%, respectivamente, de
estas tormentas se presentaron en el intervalo
de 1975-1989, y 41 y 25%, respectivamente, en
el intervalo 1990-2004; esto significa que hubo
aumentos de 16 y 5%, respectivamente. Sin em-
bargo, los resultados obtenidos para la cuenca
oceánica del Pacífico Noroccidental han sido
cuestionados, pues la aparente tendencia que
se observa en la intensidad de los ciclones es
parte de un gran oscilación interdecadal (Chan,
2006) o de posibles errores de medición en el
conjunto de datos (Knaff & Zehr, 2007). Además,
Klotzbach (2006), con base en el análisis de los
registros de las mejores trayectorias del periodo
1986-2006, encontró que la tendencia de la inten-
sidad de los ciclones tropicales para la cuenca
del Atlántico Norte no muestra evidencia de que
haya cambiado, y la tendencia para el Pacífico
Noroccidental presenta una baja considerable.
También Kossin, Knapp, Vimont y Harper
(2007), con base en el análisis de los registros de
las mejores trayectorias, encontraron que no hay
un aumento en la intensidad de los huracanes
en cualquier cuenca distinta a la del Atlántico
Norte en las dos décadas (1985-2005).
Respecto a la ubicación de ocurrencia (géne-
sis) y la lisis de los ciclones tropicales, también
han experimentado variaciones. Knutson
et al
.
(2010) mencionan que no hay ninguna prueba
concluyente de que los cambios observados en
la génesis, trayectorias, duración e inundaciones
de oleaje de los ciclones tropicales superen la va-
riabilidad esperada a partir de causas naturales
en los últimos 50 años; sin embargo, mencionan
que hay sugerencias de cambios en la ubicación
de génesis y en las trayectorias de las tormentas
observadas en el océano Atlántico ofrecidas
como una explicación de la falta de tendencias
crecientes de la llegada a tierra de ciclones en los
Estados Unidos y la Costa del Golfo. Asimismo,
Kossin, Emanuel y Vecchi (2014) encontraron
que los cambios observados en el cizallamiento
vertical del viento y la intensidad potencial
proporcionan evidencias o pruebas de que el
desplazamiento global de los ciclones tropicales
hacia los polos en ambos hemisferios, es decir,
fuera de los trópicos, está siendo modificado por
cambios ambientales sistemáticos en los últimos